La primera vez que salís del país y necesitas pasaporte; la primera vez que necesitas un seguro de viaje, la primera vez que sabes que te vas a encontrar con una nueva cultura, nuevos sabores, olores, costumbres y no tenes ni idea. Todo eso esta en juego, te invertiste unos buenos billetes, dejas el trabajo por un tiempito y te lanzas a la aventura.

Viajar es una de las aficiones (o adicciones) más difíciles de contar, como se cuenta un viaje? Se empieza por el principio como me dijo una amiga cuando no sabía como empezar.

 

En este viaje, mi primer viaje como mochilera a mis 27 años descubrí que había en mi una pasión que estaba ahí latente y que aún no me había animado a experimentar, y es la pasión de viajar, moverse a través del tiempo y espacio, solo por el hecho de conocer, casi sin ningún objetivo y aunque tengamos todo planificado siempre a cada segundo nos vamos a estar sorprendiéndo con algo, alguien o todo. Peru y Bolivia eran los países elegidos, habíamos estudiados las rutas turísticas, uno ante el miedo a lo desconocido siempre al principio (digo al principio porque después haces cada inconsciencia que hasta te da vergüenza contarlo) trata de chequear todo, buscar referencias, leer blogs, preguntar a los que ya fueron, leer guías de viaje, etc, etc, etc. Y una vez que estás seguro de a donde queres ir empezas a contratar excursiones, hospedajes, transportes. Casi siempre que uno viaja por su cuenta es así, o al menos así lo hago yo, junto a mi compañero de viaje. Otros prefieren contratar tours, solo una vez lo hice y la experiencia no estuvo mal (ya les contaré en otro post como fue viajar con jubilados).